Las farolas de gas acababan de ser encendidas y dos enormes carros con paisajes imposibles pintados en los costados que iban cargados de muebles rodaban abriéndose paso perezosamente por la calle.
Historias de Nueva York
Por Martin. 27 de octubre de 2021 Complétalo
| Otras obras de Stephen Crane |
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Sinopsis:
Once maravillosas historias sobre el Nueva York que despide el XIX y recibe el XX: un retrato de las personas que levantaron desde sus cimientos la que, según afirma Juan Bonilla en su prólogo, es «la capital del mundo». Asistimos a un Nueva York de carruajes que colapsan el tráfico, niños rotos a la búsqueda de un juguete, pensiones de mala muerte donde refugiarse apenas del frío y algo de la soledad, lujosos salones cuyo brillo impide ver a sus moradores cómo vive la otra mitad, prostitutas y policías en una relación tan vieja como la más antigua de las ciudades, tenderos italianos y hambrientos ladronzuelos, y también un Nueva York de abogados, jueces, guardias y mujeres, la legalidad y la sociedad, en femenino enfrentados.
Historias de Nueva York es una vívida colección de estampas en la que la ciudad emerge protagonista del rumbo de sus habitantes. Las facetas de periodista y narrador de Stephen Crane se funden para aproximarnos a medio metro de distancia de sus personajes y asistir así, en primera fila y de primera mano, a un espectáculo que vivimos como si ocurriera hoy, pero que tuvo lugar hace más de cien años. Personajes anónimos, conflictos al límite... guiados por la escritura intensa y plástica de quien fue considerado «el Chéjov americano» por el prestigioso crítico Robert Wooster Stallman.
Si la crítica admite que Hemingway es deudor de su estilo es porque Crane fue el más innovador de sus contemporáneos, un autor imprescindible en la narrativa norteamericana contemporánea.
Comentarios:
Excelentes historias contadas a pie de calle, de un realismo descarnado y sin concesiones en un Nueva York a caballo (nunca mejor dicho, la sociedad del momento va en carruajes y se ilumina por medio del gas) entre finales del siglo XIX y principios del XX. Donde los principales personajes son seres anónimos y muy lejos de la alta sociedad que poco después disfrutaría de los felices años 20.
Por cierto Paul Auster acaba de lanzar una nueva obra dedicada a Stephen Crane.
