El orden del día
Por ocapeacdoyle. 12 de septiembre de 2019 Complétalo
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Sinopsis:
En febrero de 1933, en el Reichstag tuvo lugar una reunión secreta, que no estaba en el orden del día, en la que los industriales alemanes —entre los que se contaban los dueños de Opel, Krupp, Siemens, IG Farben, Bayer, Telefunken, Agfa y Varta— donaron ingentes cantidades a Hitler para conseguir la estabilidad que él prometía. Desde ese año, Hitler ideó una estrategia de cara a la comunidad internacional para anexionarse Austria «pacíficamente»; para ello, mientras se ganaba la aquiescencia o el silencio de primeros ministros europeos, mantuvo una guerra psicológica con Schuschnigg, el canciller austriaco, hasta que la invasión (un alarde del legendario ejército alemán, que ocultaba graves problemas técnicos) fue un hecho. Esta novela desvela los mercadeos y vulgares intereses comunes, las falsedades y posverdades, que hicieron posible el ascenso del nazismo y su dominio en Europa hasta la Segunda Guerra Mundial, con las consecuencias de todos conocidas. El orden del día narra de un modo trepidante y muy novedoso, en escenas memorables, las bambalinas del ascenso de Hitler al poder, en una lección de literatura, historia y moral política.
Comentarios:
Una joya.
Erich Vuillard ganó el Goncourt en 2017 por este libro. Este galardón fue creado para premiar cada año "la mejor obra imaginativa en prosa , publicada en el año". ¿Es este libro una novela? más bien es un conjunto de escenas históricas machihembradas para dar una sensación de continuidad. No me parece una obra de ficción como tal. En cualquier caso es interesante el estilo mordaz de las escenas seleccionadas para contar los inicios de la II Guerra Mundial: el grupo de empresarios que garantizó su apoyo a Hitler ante sus primeras elecciones, el chantaje al canciller austriaco von Schuschnigg para la anexión, la infame política del appeasement de Lord Chamberlain, etc. Solo he echado de menos el vergonzoso papel de Francia con el Régimen de Vichy instaurado por el mariscal Pétain. Supongo que para un autor frances es mejor pasar de puntillas por sus miserias.
